viernes, 3 de junio de 2011

Sublimación

La Rubedo

El Cuarto Reino

El Combate del Agua y el Fuego

Nace el Maíz

Jesús Sobre las Aguas

La Leona Blanca

El Árbol de la Vida

Chamán Chamana

La Tauromántica

La Poetisa

Chamana con Jaguar

Chamana con Jaguar (detalle)

Los Serafines

La Señora de los Unicornios

PRABOD ASHABA



A José Acevedo

         Anoche  vino Ashaba
a veces vino
concentrado  y caliente
de la iluminación,

pero también  licor casero
miel
de las uvas del Huerto
destilado en el sol
del mediodía,
hervido en el caldero
por las manos
más pías,
hasta espesar
en dulce arrope.

         Vino de la iluminación ,
sagrado,
pero también rocío ligerísimo,
fresco vaho
humedeciendo
mi desangrado corazón.

         Vino de la Iluminación,
oscuro vino,
pero también agüita clara
empapando la harina
con que amaso los panes
de la Proposición.

         Vino de la Iluminación,
Prabod Ashaba,
pero también
Arcano,
filtro de la mandrágora
puesto por mano hermética
en mi tendida mano.

         Vino de la Iluminación,
pero también
regalo,
savia del árbol Bodhi
penetrando al torrente
de mi circulación,
entrando por mi cuerpo
en aguacero,
lluvia volcánica,
lágrima de maná
ardiendo entre mis ojos
congelada,
vino, Vino de Luz,
Prabod Ashaba.

LA DICHA




            Duró el banquete hasta la madrugada,
dormí contigo, soñé contigo,
y aunque era lo mismo
que soñar conmigo,
que dormir conmigo,
la dulzura especial,
reduplicándose,
me quemó la garganta.

         Amanecí, pues, ronca,
de tanto paladeo de palabras,
con tanto palabreo y chapoteo
con tanto parloteo,
y gorgoteo,
de tanta agua viva
amanecí resfriada.

         Y tuve, así, que apaciguarme,
alinearme el tren,
sedarme,
reunirme los pájaros,
corriendo a desbandada,
esos chiflados colibríes nupciales,
parpadeantes,
punzantes,
inyectándome el morbo,
la ponzoña, la miel...

         Tuve que medicarme
y ordenarme
con una cucharada de rutina,
casa,
jardín,
cocina.

También la dicha mata.



LA DANZA-DANZA




         Bonita la danza-danza,
el bailecito
que nos bailamos anoche,
hermano,
Aldebarán lacustre,
lucerito,
trotecito, cachimbo, carnavalito,
la danza-dancita
que nos zapateamos.

   ¡Vuelta!

         Era del norte, no sé por qué,
la geografía
que nos alzaba
y nos hundía en cataclismos
mientras sentía crecer
tu barba,
bajos mis besos, bajos mis dedos,
bosque de antenas
enraizadas.

   ¡Valseadito!

         Entonces eras brazo de mar,
por tres costados
me rodeabas,
me columpiabas como a velero
incendiado en la madrugada.

          Entre tus bellas,
amantes piernas
crecía mástiles,
rompía jarcias,
enguirnaldada la barca-yo,
por la marea
que no hace playa.

¡Última!

         Yo te decía “fino, fino,
fino de cuerpo
fino de alma”,
y nos reíamos, amorcito.
¡Ay, qué bonita
la danza-danza,
que nos bailábamos,
palomito,
cuando el Espíritu
nos tocaba.



QUEDÓ EL AMOR INTACTO



        
Porque el verano ya está vulnerado,
agredido en su pulpa
sin haber sido fruto
y hay una tela
que no será tejida
suspendida en el tiempo
frente a mí,
porque ya me has sacado los ojos
y no puedo
ver su dulce diseño desleído
por el paso del tiempo por venir,

         el amor está intacto
acostado en la muerte,
sellado en su cápsula de acero,
porque no fundiremos
su miel en nuestras bocas.
Guarda todos sus signos.
No hay en toda la tierra,
no hay en todas las aguas
ni en los cielos,
zorzal mas mudo
tragándose su canto
que este pichón despavorido
que no nos va a volar.

         Quedó el amor intacto
y el tablero tendido,
cada pieza en su sitio
sin dedos que las muevan,
el juego sin asombro,
sin ciencia,
sin azar.

         Yo me muerdo las manos,
yo me enluto los sueños,
yo leo mis visiones
de leones y cerastas
en mis cuencas vacías.

         Quedó el amor intacto
y en el viento
se arraiga la mandrágora
que no florecerá.



TANTRA




         Por nueve lunaciones
dormí a tu izquierda.
Velé a tu derecha
por otras nueve lunas.

         Durante largos años adiestré la mente,
templé mi corazón,
purifiqué mi habla.

         Ahora toco tu mano
y toco todas las antorchas,
todas las caracolas,
los conos, los amentos,
los dientes del jaguar,
el corazón oculto que desata las aguas,
las medusas aladas
que ruedan en el viento.
El planeta sacude su caja de sorpresas
y suelta los vilanos
que generan las cosas.

         La sigilosa sombra bella
trepa por la columna
incendiando las ruedas
y hace aumento a la vena
de la leche escondida.
Con la dulce mordida
desamarra el chorro
en que estallan galaxia y firmamento.

         Ojo del huracán,
pleno vacío,
ni tú ni yo,
ni muertos ni nacidos,
polvo de estrellas en el viento.


NACIMIENTO



         Voy a hacerme más ancha que la tierra,
toda regazo,
toda pluma,
toda vellón,
toda cencerro,
y a balarte en el viento
como oveja madrina.

         Pavonearé ante ti mi cola de cometa
y haré brillar mi pedrerío;
me haré leche,
y harina,
y mariposa,
y ala,
para criarte,
para adorarte,
mi becerro.

         Nacerás sin vagido;
vas cantando en mi carne
como tordo en la fruta,
y eres mi padre ya,
recién nacido,
y vendrás a morir en mis entrañas,
cuando la noche llegue,
esposo mío.

DIRÁN QUE ES PONDERACIÓN



         Está creciendo en mi jardín
un zapallo,
un zapallo común,
que de común no tiene nada.
Crece esta planta a toda hora,
cuando despunta el sol ya está creciendo,
sigue creciendo a través de la mañana,
estira sus fuertes garras verdes,
echa hojas de palmas caprichosas,
bajo mis ojos crece y crece.
Se da la vuelta por mis piernas,
alcanza mi cintura al mediodía
y abre sus flores masculinas
de copas amarillas
justo sobre mi sexo.
Sigue creciendo por la tarde
la república del zapallo,
alarga sus zarcillos
y se agarra
firme sobre mis pechos.
Ya lo siento estirarse
encima de mi siesta:
me refresca la boca,
me echa sombra en los ojos.
Junto a mi oreja
fecunda una flor hembra;
oigo el grano de polen   
caer por el pistilo,
oigo el fragor de la pequeña cópula,
rompe  a crecer el vientre de su tálamo,
se hincha suculento
en la oquedad de mi hombro,
nos vamos secreteando
las preñadas,
cabeza con cabeza.
Sigue creciendo la mata auxiliadora,
mi manto ya se arrastra 
en cola prodigiosa,
a las seis de la tarde me teje una diadema
de soberbios capullos ambarinos,
me corona,
se empina sobre mí,
sigue creciendo agarrada del cielo,
y cuando viene el sueño mas dulce de la noche,
veo sus guías enlazar los cuernos
de las blancas novillas
que pastan en la luna,
y destilar sus ubres una miel de zapallo
que chorrea el espacio
con hebras amarillas.


El Rostro Verde

Gabriel en las Amapolas

Luna Amparo

Cóndor - Garuda

Unicornios Tatuados

La Vaca Sagrada

La Conferencia de los Pájaros

jueves, 2 de junio de 2011

La Pitonisa

Divinas Maderas


 
Soy de las que reciben
lo que bota la ola,
maderas carcomidas
con huellas de naufragios,
de sal, de sol,
de tempestades,
rémoras.
Yo sólo veo su belleza,
su soledad
y su secreto anhelo
de mis dedos;
yo las trabajo
con amorosas manos,
las devasto,
desmantelo
las excrecencias corrompidas,
pulo,
lijo sus oquedades,
profundizo
en sus secretas cicatrices,
realzo sus aristas,
magnifico sus caras,
ensalzo sus esencias,
atesoro
y con ellas
 construyo mi retablo.

         Rescatadas maderas
me rescatan,
caen mis costras con sus cáscaras,
al labrarlas desnudo
la diosa que me habita.
Sobre bellas maderas me entronizo,
magníficas maderas,
las divinas maderas que me traen las aguas.


Natalicio



         Coronada
con un halo de pájaros cantores
volando libres
en torno a mi cabeza,
me preparo
a celebrar
un nuevo natalicio.
Una vez más, la vida me bendice,
un nuevo rey  me trae
este solsticio.
Un jardín de ballenas
me canta parabienes,
saltan los peces
trazando en regocijo
un anillo nupcial
sobre la olas .
Las serpientes se enlazan
en mi talle,
con mano dulce
otorgo la manzana.
Soy un viejo planeta
con cinturón de estrellas,
una nova que explota
en aerolitos,
una camelia blanca
en alba plena;
mujer y más mujer, me felicito.
Soy una vieja en flor
enraizada en la tierra,
un reverbero
del sol en fuegos invernales,
un rescoldo de viña
cociendo blancos panes,
una vaca sagrada que amamanta
su becerro de oro
en primavera,
un pulso de la luz,
un armisticio
de esta mi luz que ve
en la noche ciega
y la noche que ensancha
su insondable pupila.